El primer discurso del Compatriota Presidente, don Rodrigo Chaves.

Juan Diego Castro Fernández

Hemos escuchado su mensaje claro y preciso, expuesto por un catedrático, estudioso y valiente, que hoy luce la banda presidencial y esto nos entusiasma y recarga nuestras esperanzas.
Ciertamente, usted don Rodrigo, su equipo y sobre todo la sociedad civil “somos los llamados ha hacer un cambio histórico”,.. claro está… para enrumbar nuestra república a los más altos niveles de democracia, de libertad y de justicia. 
Cuente con el apoyo de quienes decidimos votar por usted, con la gran esperanza de “recatar a Costa Rica”.


Compatriota presidente: Hoy juró sobre las Sagradas Escrituras por su voluntad y ante la Carta Magna por su deber. 


Supo combinar su espiritualidad, con su obligación patriota.  
Su compromiso es con El Altísimo, con su conciencia y con Costa Rica. ¡Usted sabrá cumplirlos!
Entendí como una licencia retórica cuando dijo “aquí no hay distingos entre oficialismo y oposición”, pero nos quedó claro cuando de seguido afirmó “si una vez la clase política falla, el país se podría desmoronar”.


Me pregunto, compatriota presidente:
¿Si  Costa Rica, se sigue desmoronando la #castacodiciosa, seguirá cogiendo las boronas más grandes?
¿Usted cree que “la clase política” ya lo aceptó aceptado como miembro de ese desteñido club?…
¿O usted no se piensa dentro de ese círculo desprestigiado?  
Compatriota presidente: El ábaco parlamentario es aritméticamente claro:
41 bolitas con Arias a la cabezas, sus 10 apoyándolo (el 1 de mayo) más los 6 pendulantes. 
Compatriota presidente: ¡Qué su habilidad y sabiduría le den fuerza y precisión para dirigir y golpear su taco las bolas resbalosas de la mesa de billar de Cuesta de Moras!…
La proclama del 30 de abril pasado -de suyo oscura y amfibológica- nos da para muchos ritmos y tonos políticos, pero usted bien sabe que la batuta de esa cimarrona de cuatro voces, está en manos su tocayo Arias Sánchez, quien no dudará en hacer sonar los bombos del poder, los tambores politiqueras y las trompetas  de la #prensa canalla, hasta ensordecer a la sociedad civil, para continuar con el proyecto de la “dictadura ilustrada” y el más añejo presidencialismo, alejado de los avances de las democracias avanzadas del mundo.


La sombra de la constituyente arista, no se disipa ni a medio día, ni a media noche. Los jefes de los 41 diputados lo tiene clarísimo,  pero…  ese plan–reto, abre una gran oportunidad para la sociedad civil, si usted, compatriota presidente y nosotros los civiles, nos preparamos y nos organizamos para dar el salto hacia el futuro justo y libre. Podría ser el gran debate nacional, cibernético y popular, para redactar, discutir y aprobar la Carta Magna de la sociedad civil, que sustituya la vetusta constitución reformada de 1871… en 1949.


Compatriota presidente: Los consensos mentados por el otro Rodrigo, son los consensos de la casta codiciosa, los consensos de los dueños de las cuatro compañías electoreras con el claque de la #prensacanalla, que controlan la Asamblea Legislativa.  Esos no serán son los consensos del Pueblo Soberano, ni de la sociedad civil, ni mucho menos.


Los consensos republicanos son otros, son los consensos de quienes votamos por usted y los que no lo hicieron porque fueron engañados y asustados,  los consensos de esos “cientos de miles de personas donde el hambre posa en sus mesas”, los consensos de los agricultores, los consensos de los pequeños y medianos empresarios, los consensos de todos los sectores sociales que usted señaló en su discurso.
Compatriota presidente:  Enfrentar a los poderosos adversarios de nuestra sociedad civil: los criminales, los corruptores y los corruptos, los monopolistas, la prensa canalla y la casta codiciosa, es el requisito ineludible para alcanzar los niveles republicanos adecuados de libertad, justicia y progreso humano.
Compatriota presidente: Con emoción patriota podría resumir su vibrante discurso en su pegajosa consigna coloquial “¡Me como la bronca! Usted sabrá tejer su red de apoyo decidido en la sociedad civil, no sólo en las componendas  de la traicionera clase política.


Compatriota presidente:  ¡Cuente conmigo para barrer la injusticia y la corrupción!

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