Cuáles aprendices de brujo, los de la mayoría de la cuarta sala.
Con soberbia desbordada y atenidos a que sus fallos (fallidos) son inapelables, consumaron el delito de prevaricato. Fallaron contra el derecho y contra los hechos. Como hasta ahora son intocables y controlan la fiscalía, se carcajean de su gracia.
Ni las triquiñuelas, ni las falacias del espantapájaros, ni los berridos demagógicos, ni el silencio sepulcral de la #corteprofunda… podrán ocultar la espantosa impunidad del último cuarto de siglo… Tampoco podrán impedir el desarrollo de la conciencia civil… ¡No hay marcha atrás!…