Cuáles aprendices de brujo, los de la mayoría de la cuarta sala.

Con soberbia desbordada y atenidos a que sus fallos (fallidos) son inapelables, consumaron el delito de prevaricato. Fallaron contra el derecho y contra los hechos. Como hasta ahora son intocables y controlan la fiscalía, se carcajean de su gracia.