En los tres poderes, el más desprestigiado desde hace decenios es el legislativo.
No hay discusión. La responsable del desmadre: la nata demagoga y vividora de cientos asesores que tiene en sus manos los hilos del oscuro teje y maneje parlamentario, incapaz de generar proyecto de ley alguno.
Estamos descubriendo los mapas ocultos: geográfico, histórico, politiquero, social y económico. ¿Qué hacer? Observar. Investigar. Reflexionar. Y sobre todo… no dejarse engañar.