Seguiremos siendo un país tristemente decadente.

Por Franco Cerutti

Vivo en Costa Rica desde 27 años y soy ciudadano costarricense por mi voluntad. Puedo decir con pleno conocimiento de causa que nuestro lindo país es un país decadente.
El diccionario de la RAE define el adjetivo “decadente” con “que decae”.
Pero, razonando bien, una cosa para decaer debe haber sido construida antes Sino no podría decaer.
Recuerdo el gran rotulo al final del Paseo Colon (en el techo del edificio a la entrada del actual boulevard) en el año 1999, que decía “Faltan 100 días al año 2000” y cada día, manualmente, cambiaban el número gigantesco, hasta el 31 de diciembre 1999…que marcó “Faltan 1 día al año 2000”. Y este “Faltan 1 día”… quedó allí por meses, poniéndonos en ridículo -hasta gramaticalmente- frente a todos los turistas que nos visitaron en el año 2000.
Esto es un síntoma de decadencia: hacer las cosas y no darle ni seguimiento, ni mantenimiento.
Poco antes de los quinces de agosto, nuestras calles se llenan de rótulos con ofertas del “Día de laMadre”, que nadie quita el 16 siguiente. Allí quedan hasta que se pudran.
Todo comienza desde la educación de los niño, que en los barrios juegan futbol improvisando las metas con dos piedras en la calle. Piedras que están destinadas a quedar allí por días, en el medio de la calle, después de terminado la mejenga.
Tenemos postes de la electricidad tapizados con rótulos abusivos de todo tipo, la gran mayoría con números de teléfono de contacto. Bastaría llamar para saber de quién es y sancionarlo. Pero no. Ninguna autoridad hace nada.
El gran ridículo de los bulevares de San José, donde los vendedores ambulantes juegan de gato y ratón con la policía municipal y no distinguimos quién es el gato y quién es el ratón y cuál de los dos es el más estúpido.
Algo parecido pasa con la venta de loterías irregulares, que aún que sean anunciadas con rótulos enormes, resultan invisibles para los inspectores de la Junta de Protección Social. Y no decir las ventas de lotería nacional a sobreprecio. Misteriosamente sólo yo me doy cuenta de que todo el mundo pide sobreprecios. ¿Será que tengo algún super poder o los inspectores no ven, ni oyen?
Costa Rica tiene muchos gigas de datos legales, pero a las autoridades políticas no les interesa ejecutarlas. Por esto y algo más seguiremos siendo un país tristemente decadente.

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